Crecí escuchando en casa, “Todo en extremo es malo”. Creo que esta frase aplica para todo en la vida. Hoy lo veo claramente en el mundo de la comida saludable y natural. Si tu alimentación es pobre en nutrientes y se basa en antojos de comida chatarra es muy probable que enfermes. Pero ¿qué ocurre cuando estás al otro lado? Es decir, si te has obsesionado en comer sólo comida saludable y de características específicas.
Ese otro lado oscuro lo llaman ortorexia nerviosa. Aunque no es oficialmente reconocido por el DSM (Manual de Diagnóstico y Estadísticas de Trastornos Mentales) se considera un trastorno de la conducta alimenticia.
“Comer sano es una elección consciente” dice el psicólogo americano Steven Bratman.
Bratman publicó el libro Health food junkies y acuño el término ortorexia. El indica que esta fijación compulsiva se basa en la calidad y pureza del alimento que se consume, no en la cantidad.
Una persona que sufre ortorexia, siente ansiedad extrema y necesidad de control sobre su dieta. Como ,por ejemplo, comer únicamente orgánico, sólo frutas, sólo alimentos crudos, vegetales, sin conservantes, sin grasas, etc.
Incluso hasta la forma de preparación. Es decir, que las verduras sean cortadas de determinada forma o que los utensilios utilizados hayan sido de un material específico como cerámica o madera.
En este pensamiento inflexible, olvidan sustituir los alimentos que rechazan (como carne, grasas, harinas refinada, etc.) por otros que puedan aportarle los mismos o mejores valores nutricionales. Esto se traduce en anemia, carencias de vitaminas, falta de energía, entre otros.
Está comprobado que esta fijación en la alimentación, como otros trastornos alimenticios, es un medio para evitar otras situaciones de la vida. Como por ejemplo: esconder sentimientos de culpa, baja autoestima o algún evento o experiencia personal muy dolorosa no superada. Las consecuencias no sólo son físicas y psicológicas, la persona también puede aislarse socialmente.
Hay muchas formas de aliviar el estrés o revertir estos patrones de conducta, pero es recomendable buscar la ayuda de un médico o terapeuta calificado. Sé flexible con tu alimentación y en otros aspectos de tu vida, descubre tu propia bio individualidad escuchando a tu cuerpo. Encuentra los hábitos de salud que te hagan feliz, permítete probar nuevas comidas y lugares. Cocina, comparte y disfruta siempre con la familia y amigos.
¡Encuentra tu propio equilibrio!
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