“Come alimentos reales, no productos”.
Es una frase que se quedó grabada en mi mente cuando estaba estudiando en el IIN para certificarme como consejera en salud y bienestar.
Entendí, cómo con el transcurrir del tiempo, los alimentos han sufrido fuertes procesos de refinamiento y tratamientos químicos. Esto afectando profundamente la fuerza viva de nuestro alimento, haciendo difícil alcanzar el equilibrio y la salud.
¿Sabías que, desde la Segunda Guerra Mundial, con la llegada de la agricultura química y el procesamiento de alimentos, los suelos y los alimentos de gran parte del mundo han perdido muchos minerales y nutrientes importantes?
Nuestros alimentos en estos días, ya sean de origen vegetal o animal, no sólo son deficientes en nutrientes, sino además están llenos de contaminantes y fertilizantes químicos.
Salvando las diferencias, de lo natural hasta lo orgánico
Alimento natural
Son aquellos que han sido elaborados solamente con ingredientes como plantas, minerales y frutas. Los alimentos naturales están libres de ingredientes artificiales o aditivos. Pueden estar contaminados.
Alimento biológico
Es aquel producto que no ha sufrido alteraciones genéticas. Por ejemplo, la soya que encontramos en Perú, es transgénica (GMO).
Alimento Ecológico
Aquellos que provienen de un sistema de producción sostenible y respetando el medio ambientalmente. Lo que se traduce en ahorro de energía, en el no uso de pesticidas, tener un buen manejo de desechos o controlar la emisión de gases entre otras cosas.
Alimento Orgánico
Son cultivados sin pesticidas artificiales, fertilizantes o herbicidas. Los vegetales, carnes, lácteos, aceites y demás alimentos orgánicos, se obtienen de plantaciones libres de tóxicos y de animales que se alimentan con comida natural y no se les administran hormonas o antibióticos. El producto final está libre de transgénicos y plaguicidas u otros añadidos químicos o artificiales.
¿Porqué consumir orgánico?
Se ha demostrado que los pesticidas se acumulan en los órganos, lo que resulta en un sistema inmune debilitado, permitiendo que carcinógenos y patógenos se filtren en el cuerpo. La certificación orgánica es la garantía pública de que los productos han sido cultivados y manejados de acuerdo con los estrictos procedimientos naturales.
La EWG, es una ONG mundial que busca protegernos de los pesticidas, por eso elabora todos los años unas listas llamadas: Dirty Dozen & Clean Fifteen, para definir cuáles son los alimentos (frutas y verduras) más sucios y cuáles los menos contaminados, por lo menos en Estados Unidos. Pero nos da una buena idea al elegir qué alimentos deben ser orgánicos y optimizar nuestro presupuesto.
2017 Docena sucia: fresas, espinaca, nectarines, manzana, melocotón , cerezas, peras, uva, apio, tomate, pimiento, papa.
2017 Quincena limpia: maíz, palta , piña, repollo, cebolla, arverjas, papaya, espárragos, mango, berenjena, melón, kiwi, coliflor, toronja.
Cuando apuestas en casa por alimentos orgánicos, ecológicos o biológicos, respaldas el trabajo de muchos pequeños agricultores y un comercio justo, además de cuidar de tu salud y prevenir enfermedades.
¿Quieres aprender más acerca de cómo cuidar de tu salud y encontrar tu balance perfecto? Déjame tus dudas en un comentario o anda a mi página para saber más.
¡Que estés bien!
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